Una pareja obsesiva esta formada por una persona que vive una obsesión y otra que es el objeto de esa obsesión, llamada también blanco. La persona obsesiva dice tener una pasión extrema por su pareja, quien de inicio se siente halagado por despertar estos sentimientos tan intensos en el otro, pero con el tiempo puede llegar a sentirse sofocado, confuso emocionalmente y ansioso.
La persona obsesionada está convencida de que está muy enamorada y de que vive su amor de una manera muy intensa, pero su sentimiento más que de amor, es de anhelo por querer lo que no tiene; nunca tendrá suficiente de lo que desea, por lo que siempre anhelará más y más amor, más sexo, más atención y cuidados, así como todo aquello que pueda esperarse de una pareja, a quien seguramente terminará culpando de su infelicidad y dolor.
Esta insaciable necesidad de la persona obsesionada provocará con el tiempo que su pareja se aleje más emocional y físicamente, aunque le resulte difícil poner fin a la relación.
El obsesivo se encuentra dominado por el temor, la posesividad, los celos, hasta la violencia o el acoso cuando se siente rechazado, trata de llamar la atención apareciéndose inesperadamente, haciendo regalos costosos, llamando por teléfono a horas inusuales y/o hablando muchas veces al día. El obsesivo descuida su persona, trabajo y familia, centra toda su atención en el objeto amado y si no es correspondido en la misma medida sufre terriblemente.
Es difícil detectar este tipo de relaciones, porque al inicio casi todas las parejas se enfocan en la parte romántica y agradable, puede parecer normal que la otra persona nos dedique mucho tiempo, o nos exija demasiado, lo que puede volverse una carga muy difícil con el tiempo.
La diferencia entre una persona sana y un obsesivo, aparece con el primer rechazo de la pareja, la persona sana se retira ante el rechazo y sigue adelante aunque le duela mucho, pero el obsesivo por el contrario incrementará su inseguridad, temor y dolor, que manifiesta acosando a su víctima. Puede llegar a atentar contra la integridad o la vida de su víctima o contra su propia vida, como una manera de castigar al otro al sufrir por su amor. Cuando es rechazado cree que nunca volverá a amar a otra persona o que nunca podrá ser feliz sin ella.
A la pareja del obsesivo se le llama coobsesivo, este llega a sentir que no puede vivir con su pareja y al mismo tiempo tampoco puede vivir sin él, debido a que le atrae la intensidad del romance, aunque también se sienta inseguro por la inestabilidad de su pareja.
El coobsesivo al igual que el obsesivo, tiende a provenir de un hogar en el que ha habido maltrato o descuido físico y emocional, por lo que se ha convertido en un ser con un profundo vacío emocional y la necesidad de amor, aspectos que comparten entre sí y que les lleva a atraerse mutuamente.
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